Friday, October 27, 2006

¿Sinatra versus Springsteen?...



Mientras escribo los primeros artículos para los amigos hispanos de Estados Unidos, mi hijo pone en el reproductor de DVD, que está bajo el televisor (utiliza su pantalla) todo un concierto de Bruce Springsteen. A mí, particularmente me emociona The River, pero él, mi hijo lo devora todo, lo deglute todo. lo asimila todo y lo predica todo; todo lo que exhala el cantante inconformista de Freehold (New Jersey). Uno (que soy yo), a estas alturas de la vida, hace ya balance, lo va comparando todo, y, aún no perdiendo la capacidad de asombro, porque nunca se sabe lo que puede pasar, hace memoria, medita y escribe... Uno no sabe hacer nada más. Tal vez ni esto.

Uno sospesa, dentro del espectro social de USA, quién resulta más representativo: Frank Sinatra con sus Extraños en la noche (“Strangers in the nigth”) o el Bruce nocturno de Demuéstralo toda la noche (“Prove It All Nigth). Sinatra, por sus rumoreadas relaciones con la mafia, no fue nunca muy bien visto en España, pero sí muy bien oído... Es decir, una cuestión serían sus roles personales y otra, la calidad de sus interpretaciones líricas y cinematográficas. Sinatra se presentó en España para darle un bofetón a Ava Gadner porque ésta se había acostado con Mario Cabré, un torero y poeta genial; luego, Ava, se pasó también por la cama a Luis Miguel, “Dominguín”, otro torero que, levantado el dedo índice en la arena de una plaza, expresó ser el “number one”... en todo. Con Ava Gadaner, dicen las crónicas que Frank vivió seis años, nada en la cultura matrimonial latina; aunque ahora las cosas han cambiado y las parejas se casan y se “descasan” como quien toma el autobús, para gran disgusto de los obispos que ni se casan ni se supone que tienen trato carnal, lo cual también forma parte de la cultura hispana.

Sea como fuere, lo cierto es que mi hijo admira a un tipo contestatario que es unos años más viejo que yo. Y yo veo que tiene sus homólogos en España (Paco Ibáñez, J.M. Serrat, Joaquín Sabina, etc..., como Sinatra tuvo a Julio Iglesias, que parece seguir la escuela de Sinatra, aunque no es ni su sombra...

Hay una parte poblacional de los Estados Unidos (recordamos cómo fue masacrada en nuestra guerra civil la Brigada Lincon … ) que es soñadora e idealista, y la otra, también, aunque más recogida dentro de su caparazón. Lo que distingue a una de la otra es más bien nada. La izquierda, abandonado el marxismo, ha optado por incrementar algo más el gasto social, y nada más. Un escritor español, de Cataluña, Josep Pla, dijo que lo que más se parecía a un español de izquierdas era un español de derechas. Y puede que su pensamiento sea transferible a los Estados Unidos. Éste es el nudo gordiano del artículo: quizá perseguir lo mismo desde planos no tan opuestos. Don Quijote, personaje de ficción, pero trasunto del personaje real Miguel de Cervantes, quiso cambiar la sociedad desde la locura, pero el sistema, desde su locura (sólo la locura puede con la locura, de ahí que la mayor parte de psiquiatras estén locos) le devolvió a la realidad. Y murió cuerdo, pero en paz con su conciencia....: Así llega a mi mente el Mi vida (“My Way”) de Sinatra, que dice: “Ya se acerca el final/ ya veo el telón... He recorrido todos los caminos,/ pero lo mejor de todo/ es que lo hice a mi manera”. Don Quijote dijo algo así como “puesto ya un pie en el estribo...”, además de que “en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño” y que “por la libertad, se puede, y debe, aventurar la vida”. En el decir de Sinatra: “Es cierto que la vida me golpeó, pero viví a mi manera”.
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Bruce Springsteen, sobrecoge cuando canta: “Todo el mundo tiene un secreto, / algo a lo que no puede enfrentarse. Algunos tratan de guardarlo toda la vida, / lo llevan consigo a cada paso que dan, / hasta que un día lo sueltan”.... Ese secreto del que habla Springsteen, tan cierto como la utopía libertaria de Don Quijote, o la falsa creencia de Frank que piensa que todo lo hizo a su manera, cuando, de hecho, pudieron condicionarle la vida desde Ava Gadner a Lucky Luciano, pasando por JFK, es lo que nos hace “huir hacia delante” y creernos nosotros mismos que somos los héroes y forjadores de nuestra libertad. Esa ficción de la libertad, esa necesaria esquizofrenia que nos hace creer que existe es la que, a la postre, nos unifica: “Los perros aúllan en la calle principal porque saben/ que si tuviera un momento en mis manos,/ Señor, no soy un niño, no; / soy un hombre, / y creo en una tierra prometida”.

Es posible que esté dicho todo, que ya el artículo esté escrito. Más extenso, demasiado largo; menos, se queda en nada.

Sólo me faltan un par de notas finales: una, Frank Sinatra y Bruce Springsteen pertenecen al Estado de New Jersey; y dos, en 1996, cuando el autor de My Way cumplía 80 años, se organizó un concierto benéfico en Los Ángeles, concretamente en el Shirne Auditorium, en el que, además de Bob Dylan, intervino Bruce Springsteen.
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Thursday, October 12, 2006

La Hispanidad


Hoy, 12 de octubre de 2006, tal vez como el propio Cristóbal Colón, veo realzado un viejo sueño y levo las anclas de mi quimérica carabela, la Pilarica, en honor de la doble hispanidad del día: la interna y la externa..., que es la hispanidad que vaga por el mundo aportando la cordura y locura necesarias para la reflexión y la decisión en el despertar del siglo. El viejo Hemingway, allá en la querida Juana, que luego fue la Cuba de nuestra grandeza, alma, declive y dolor contrito, tenía un yate para pescar y meditar (¡oh, El viejo y el mar!) de igual nombre, pero sin diminutivo cariñoso: el Pilar. El viejo Hem era un hombre que amaba profundamente a Cuba, a España y a sus Estados Unidos. De estar vivo (que lo está...), lo comprendería todo. Vivió y escribió en la zona republicana durante nuestra guerra civil (nunca pregunten ustedes por quién doblan las campanas) y escribió, y fue feliz, dentro de sus maneras de ser feliz, durante el franquismo romántico de los años 50. El viejo Hem siempre navegará en esta carabela.

Tal día como hoy de 1492, un grumete llamado Rodrigo de Triana, natural de Lepe (pueblo onubense famoso por sus fresas y por unos chascarrillos, a todas luces injustos, que de sus naturales se dicen), desde su puesto de vigía, gritaba “¡Tierra! ¡Tierra a la vista!”. Él fue el primero en ver la isla de Guanahaní. En ese momento la Humanidad dio un paso sumamente grande, equivalente al de Neil Armonstrong en la Luna; porque, si después del gozo llegaron las calamidades, también después de Armstrong la luna dejó de ser fanal de los poetas.

Al primer viaje de Colón (creía haber llegado a Catay y Cipango) le sucedieron otros donde ya la visceralidad de lo humano, como decimos, aportó las plagas, las miserias, las grandezas, los despojos y los héroes que han dado la extraña dimensión de un mundo sabedor de sí mismo, redondo, completo, quizá acorde con la idea circular de la cultura maya… La Noche Triste de Moctezuma y Cortés, el despedazamiento de Túpac Amaru II, el Grito de Yara, la batalla de las lomas de San Juan, son hechos dolientes, tristes, vergonzantes y heroicos, todo a la vez... Pero también son los núcleos celulares, embrionarios o latentes, de Sor Juana Inés de la Cruz, de César Vallejo (el más grande poeta en español desde de san Juan de la Cruz), de Juan Rulfo, de Octavio Paz, de Jorge Luis Borges, de Gabriel García Márquez, cuya novela, Cien años de soledad, es equiparable en valor a la del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha… Y toda esta manera, huamana y humanista, de ver la vida, que en un tiempo se llamó Santo Oficio, o "Luz de Trento”, depende de los gustos, crece y crece en los Estados Unidos de América, donde convive con la moral luterana del liberalismo económico e individualista.
... No hay razas superiores, en esto nos reafirmamos. Tampoco los crímenes realizados en nombre de las culturas son diferentes unos de otros. Pero nosotros, los hispanos, no somos, en esencia, más que hijos de Roma, del Lacio... Las tribus iberas se enfrentaron a las legiones romanas como los indígenas de América a los arcabuceros españoles. En realidad, España crea la Hispanidad de América como cumpliendo un mandato de la antigua Roma.

Un político Español, incomprendido en su precpitada madurez, fusilado injustamente en el inicio de nuestra última guerra civil, José Antonio Primo de Rivera, siguiendo las tesis del filósofo don José Ortega y Gasset, así como las parábolas de los escritores de la llamada Generación del 98, dolida amalgama de hombres que se martirizó por la pérdida de Cuba y por el estado calamitoso de nuestra sociedad civil, vino a decir que España era “una unidad de destino en lo universal”. La frase, bien por cobardía de unos o por ignorancia de otros, se repite muchas veces con alguna ironía, pero es la más parecida que he encontrado a las aseveraciones, amores y pasiones que por la Hispanidad sentía el poeta León Felipe, republicano, cristiano, anarquizante, suegro del torero Carlos Arruza, y muerto en México, en 1968, cuando la masacre de la Plaza de las Tres Culturas, y cuando las juventudes de casi todo el mundo eran tan realistas que pedían lo imposible, cuando Alexander Dubeck en la Primavera de Praga se enfrentaba a los blindados de la Unión Soviética argumentando la necesidad de un “socialismo con rostro humano”… Mas, como indicamos, sobre Epaña y la Hispanidad, vino a decir León Felipe:
"Cuando se muera España para siempre, quedará un ademán en la luz y
en el aire, un gesto.../ Hispanidad será aquel gesto vencido, apasionado y loco
del Hidalgo manchego./ Sobre él los hombres levantarán mañana el mito
quijotesco/ y hablará de Hispanidad la Historia cuando todos los españoles se
hayan muerto./ Para crear la Hispanidad hay que morirse porque sobra el cuerpo./
Murió el héroe, y morirá su pueblo./ Murió el Cristo, y morirá la tribu toda;
que el Cristo redentor será ahora un grupo entero/ de hombres crucificados, que
al tercer día ha de resucitar de entre los muertos./ De Hispanidad será este
espíritu que saldrá de la sangre y de la tumba de España para escribir un
Evangelio nuevo./ Envío/ A los señores Plancarte, Junco, Esquivel Obregón y
Guisa y Azevedo./ Caballeros cristianos y franquistas, caballeros que vais a
España ahora al Gran Consejo/ de Hispanidad..., decid a Franco que Hispanidad es
esto»
... Estos verso, son la esencia barroca de lo que quiso expresar Primo de Rivera en una frase lacónica. Significan los mismo que escribieron los del 98 en libros apesadumbrados.
EL INDIGENISMO.- Nos constan los movientos neoindigenistas del subcomante Marcos, de Lula da Silva, de Evo Morales, etc.... Los asumimos. Todo el mundo tiene derecho a expresarse y realizar sus ideales... Pueden renunciar a la idea de España como “madre patria”. Pero tampoco está de más que sepan que la "madre patria", madre amantísma, acoge a millones de emigrantes de los que fueron sus virreinatos ¿Dónde está el origen de ese indigenismo altivo? No lo sé... ¿En Diego Rivera? ¿En Siqueiros y Orozco? … No lo sé. Yo recuerdo haber utilizado una cita de Rubén Dario, tamada de Los Raros, en una conferencia que di sobre otro gran hispanista, compatriota mío, don Vicente Blasco Ibáñez (se opuso a la guerra de Cuba y fundó en Argentina dos colonias de significativo nombre: Cervantes y Nueva Valencia). He rescatado un párrafo de la que fue mi conferencia por creer que viene al caso en la cuestión ésta del indigenismo frente a la españolidad de "lo hispano". Juzguen:

Pero no sólo es Darío quien adopta esta
postura, sino también el uruguayo José Enrique Rodó y el mejicano Vasconcelos .
Estos hombres, y otros más, son los que formaron la llamada, e ignorada,
Generación Hispanoamericana del 98. Importantísimas resultan en esta cuita, las
palabras de Darío en "El triunfo de Calibán" o en "El crepúsculo de España",
escritas al hilo de los acontecimientos, como los artículos de don Vicente.
Escribe Rubén, preguntándose y respondiéndose...:

"¿Y usted no ha
atacado siempre a España?” Jamás. España no es el fanático curial, ni el
pedantón, ni el dómine infeliz, desdeñoso de la América que no conoce; la España
que yo defiendo se llama Hidalguía, Ideal, Nobleza; se llama Cervantes
(¿recuerdan ustedes lo del Quijote?), Quevedo, Góngora, Gracián, Velázquez
(Velázquez es fundamental para comprender a Blasco Ibáñez); se llama El Cid,
Loyola (y también Loyola), Isabel; se llama La Hija de Roma, La Hermana de
Francia, La Madre de América."


DEUDAS HISTÓRICAS.- España tiene, asimismo, una doble deuda con Hispanoamérica. La primera de ellas, evidente, porque durante mucho años, siglos, fue su propio territorio, en parte esquilmado, en parte humanamente diezmado y en parte humanamente civilizado. Y la segunda, porque terminada nuestra guerra incivil, muchos países, principalmente el México de Lázaro Cardenas, brindaron asilo a nuestros refugiados políticos, en gran número escritores e intelectuales: Juan Ramón Jiménez, en Puerto Rico; Celso Emilio Ferreiro, en Venezuela; Ramón J, Sender, en EEUU, etc.

NUEVOS TIEMPOS, NUEVOS PROBLEMAS.- Pero, como decía antes, los problemas nuevos vienen de antiguo. Y son muchos lo temas en los que se fija esta carabela perdida en las estrellas... Por ejemplo, la expansión de "lo hispano" en los EEUU, y en la necesidad, a mi modo de ver, de que sus movimientos sociales hallen refrendo y amarre sólido en la cultura española, clásica y eterna.

... Y, dentro de este apartado, me interesan (nos interesan) los problemas de los emigrantes mexicanos en USA. Por ello, estoy y estamos en la lectura atenta de los grandes y pequeños medios publicados en español, desde La Opinión, de Los Ángeles, a La raza, de Illinois. Soy (somos) consciente de hechos entre sí contradictorios en el tema cubano: por un lado, comprendo (comprendemos) la necesidad que en su día tuvo la isla de sacudirse la dominación norteamericana, continuadora de la española; pero también defiendo (y defendemos) la premura de una auténtica democracia en Cuba, mediante la legalización partidos políticos y su correspondiente correlato de sufragio universal.

Puedo (... podemos) prolongar este discurso ad infínitum. Mas no hay por qué dilatar, de entrada, lo que tiene más de cinco siglos de existencia y más de trescientos millones de hablantes. Si Dios me da salud (y perdonen el engolado singular), aquí estaré. Y si acaso muriese, alguien retomará esta página. Un español, único como unidad de destino en lo universal, el catalán Salvador Dalí, tuvo, en 1955, un sueño plástico genial: El Descubrimiento, que ilustra éste, mi primer artículo de La carabela... En el cuadro figura, como motivo principal, la nao Santa María, la de la gran cruz roja en el velamen. Era esta nave la capitana, la que sustentaba el sueño del almirante. Después, como todos los sueños, embarrancó… Con sus maderos se construyó un fuerte que también sucumbió a las iras. Pero con las astillas supervivientes se contruyó ésta, mi modesta carabela, errática por los mares, que se llama Pilarica. Que un sueño embarranque no quiere decir que no reflote. Ha llegado la pleamar y ya partimos todos sin otro rumbo ni destino que la Hispanidad.
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